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viernes, 28 de junio de 2013

La lista de pequeñas cosas que te hacen feliz


Lista de cosas que te alegran el día

Si vas a una librería y buscas en la sección psicología, cuántos libros de autoayuda encontrarás dirigidos a encontrar la felicidad… si los contamos (y la librería es grande) encontraríamos cientos de ellos. "Cómo encontrar la felicidad", "en busca de la felicidad", "ser feliz en tropecientos pasos"… ¿qué narices tiene la felicidad de especial que todo el mundo la busca como si fuera el elixir de la vida eterna? Mira que nos empeñamos en “poseer” todo lo que no se puede poseer… ¿Por qué nos complicamos tanto la vida? La felicidad no es un objeto, es un concepto abstracto y como concepto abstracto que es, ¡¡¡¡¡NO-SE-PUEDE-PO-SE-ER!!!!! ¿Entendido?? Así que por favor, vamos a dejar de leer estupideces y de hablar de la felicidad como objetivo a alcanzar o como objeto que “buscar”, si hemos quedado en que es algo que no existe de forma tangible.
Si analizamos más allá y tenemos en cuenta que todo el mundo quiere ser feliz, este tipo de libros tienen que existir en el mundo capitalista en el que vivimos, porque es una vía estupenda para pescar a todos los pobres infelices que hay en la sociedad, un recurso efectivo para que muerdan el anzuelo y así sacar dinero de ellos, y como no van a “encontrar” la felicidad, seguirán comprando libros de autoayuda y seguirán alimentando bocas de escritores sin escrúpulos. Si eres de las víctimas que acabo de mencionar, sal de esa espiral. YA.
Es como las cremas antiarrugas, como dice mi madre: “si realmente quitaran las arrugas, estaríamos todas estupendas y no se venderían tanto”.

Yo diría de hecho que no existe UNA felicidad; hay miles de millones de felicidades diferentes, exactamente tantas como miles de millones de personas en el mundo. Precisamente porque no a todos nos hacen felices las mismas cosas.

lunes, 24 de junio de 2013

Por fin un artículo sobre relaciones sanas.

¿En qué se diferencia este artículo de otros artículos sobre relaciones de pareja? Generalmente se habla (y he escrito yo también) sobre dinámicas insanas o problemas frecuentes en una relación: celos, infidelidad, falta o errores de comunicación, etapas de la relación, atracción, problemas sexuales, etc.

La temática de este artículo sin embargo se ciñe a un prototipo de relación de pareja carente de todos estos problemas. Digamos que hasta la relación más sana y con menos problemas sufre de "daños bidireccionales". Hasta el que ama de forma más pura y sincera puede y de hecho hace con frecuencia daño "sin querer". Un comentario poco afortunado, una actitud esperada que no sucede, un momento o día de susceptibilidad extrema (por ejemplo las mujeres antes o durante la menstruación, ¿os suena, no?).

Da igual si estamos recién enamorados, en una relación de poco tiempo o en una relación de muchos años: En toda relación existen pequeños daños bidireccionales que aparecen casi a diario, aunque nos esforcemos y dediquemos toda nuestra atención a no cometerlos. Encontramos una y otra vez un punto hiriente en nuestra pareja.
Este hecho no se puede evitar, pero como mis artículos se enfocan en la psicología positiva y en el crecimiento personal, vamos a recalcar que esto puede ser también percibido como una gran oportunidad que la vida nos regala para crecer y madurar tanto a nivel individual como a nivel de pareja.

Sea como sea estas heridas duelen, a veces incluso de manera desproporcionada y de forma persistente en el tiempo, y si no las superamos a tiempo van minando poco a poco tanto la relación como el amor.


El estilo de relación de pareja que todos (o debería decir una gran parte) hemos aprendido desde pequeños y al que todos aspiramos es el de una relación armoniosa y estable. Y es por esto por lo que tendemos a minimizar o quitar importancia a estas pequeñas heridas, a hacer como si no hubiera pasado nada, a intentar seguir dejándolas en el olvido siguiendo el refrán "el tiempo lo cura todo". Pero este comportamiento solo produce acumulación del dolor que han ido produciendo estas heridas, acompañándonos en el tiempo y saliendo finalmente a la luz en momentos totalmente inapropiados o inesperados.
Es como si tuviéramos un cajón donde vamos guardando todos los hechos y actitudes de nuestra pareja que nos duelen y que no han sido resueltos. En algún momento, llega la gota que colma el vaso y abrimos ese cajón, dejando salir todo lo que hemos ido guardando dentro, y el amor está tan debilitado que no tiene la fuerza ya de soportar toda esta montaña de hechos dolorosos que salen al ataque.

miércoles, 19 de junio de 2013

"Yo esperaba que supiera lo que yo quería decir"

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¿Dices siempre exactamente lo que quieres?
Vamos a plantear la pregunta de otra forma...
¿SABES siempre exactamente lo que quieres?
¿O esperas que los demás lo sepan?

A qué se está refiriendo esta mujer. Me explico.

Muchas personas parten del hecho de que la persona que está a su lado debe saber lo que quiere o lo que está pensando en cada momento, así como que interprete lo que ha querido decir con un comentario objetivamente ambiguo y de hecho reaccionan ofendidas si esto no se cumple. Que este hecho es imposible parece bastante lógico, ¿verdad?

Me gustaría añadir un pequeño ejemplo para que te des cuenta de que esto que parece tan obvio y estúpido, lo hacemos con más frecuencia de lo que pensamos. Y son taaantos los problemas que podrían ser evitados si consiguiéramos controlar este patrón de pensamiento...

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La semana pasada quedé con una amiga mía que venía de la peluquería con un gesto de cara bastante mustio. Cuando le pregunté qué le pasaba y le comenté lo bonito que le habían dejado el pelo (y no era una mentira de cortesía, le quedaba fenomenal), me respondió que podía ser, pero que así no era como ella lo quería.
"¿Ah no? ¿Y cómo lo querías?" fue mi siguiente pregunta. "Pues por los lados un poco más corto, a capas, sin tanto flequillo y por esta parte así con un poco más volumen".
"Y le has dicho a la peluquera exactamente cómo lo querías?" "Claro que se lo he dicho!" "Le has explicado exactamente cómo tú querías tu peinado como me lo acabas de explicar a mí?" (yo sé por qué le estaba insistiendo tanto, conozco a mi amiga). "Claro, pero vamos, que es peluquera, tiene que saber lo que el cliente quiere, es su trabajo, sino que se dedique a otra cosa".

jueves, 13 de junio de 2013

Profesión: Actriz porno. ¿Cuál es su perfil psicológico?

Pornografía... un tema "tabú" en la sociedad. Todos hemos oído hablar de ella, ¿verdad? claro... solo oído. En este artículo vamos a convertir este tema, o mejor dicho vamos a tratarlo, como un tema de la vida cotidiana. Porque es lo que es, es un tema de la vida cotidiana.

Pocos hombres existen en la sociedad que no consuman (con mayor o menor frecuencia) material pornográfico. Algunos lo ocultan, otros lo asumen, otros presumen.
Lo que además cabe añadir es que con el movimiento de la liberación de la mujer en las últimas décadas, también va en aumento el número de féminas que se incluyen en este grupo de consumo.

¿Y qué me decís de las personas que se dedican a esta profesión? Para que las películas existan, es bastante obvio que tiene que existir previamente una compañía que se dedique a producirlas, un director, un cámara, maquilladores, incluso guionistas, y por supuesto actores y actrices, o más genéricamente, mujeres y hombres que se presentan a "castings" para hacer películas de este tipo.

¿Nunca os habéis preguntado cuál es el perfil psicológico de estas personas que explotan su sexualidad y lo convierten en negocio? Para que exista un casting, muchos candidatos y candidatas tienen que haberse presentado... luego no estoy hablando solo de los que llegan a ser actores y actrices oficialmente, hablo también de las protagonistas de vídeos caseros, y de aquellas aspirantes que se presentan a estos castings y que no conseguirían excitar ni a Nacho Vidal hasta arriba de viagra, pero que a pesar de todo, iban con la intención.

Ya que el perfil que más interesa es el femenino, además de ser el género que más predomina en este campo, voy a referirme particularmente a las mujeres, así como he hecho en estas últimas líneas.

Existen ciertos mitos y estereotipos sobre las actrices porno: que son mujeres ninfómanas, adictas a diversas drogas psicotrópicas, chicas de bajo nivel socioeconómico que recurren a este mundo como vía fácil para obtener dinero rápido, que sufren explotación, que tienen ciertos problemas psicológicos e incluso traumas infantiles.

domingo, 9 de junio de 2013

Vamos a jugar a un juego: Los trastornos de personalidad

      Cada uno de nosotros tiene una o varias de las características que definen los distintos trastornos de personalidad existentes sin que ello tenga que significar que suframos alguno (personalmente soy "antietiquetas" y estoy totalmente en contra del "sobrediagnóstico" que se está produciendo hoy en día en el mundo de la psiquiatría y la psicología. Por mi experiencia muchas veces por negligencias diagnósticas se puede hacer más daño al paciente que ayudarle, pues lo asimilan como una seña más de identidad: "Hola, soy Fulanito, y tengo depresión/un trastorno de ansiedad. Me comporto así porque... es que tengo depresión, no puedo controlarlo, es por mi enfermedad"). La controversia que produce este tema la comentaré con más detalle en otro artículo. Sin embargo y centrándonos en el tema de los trastornos de la personalidad, estos sí suceden con relativa frecuencia y estoy convencida por estadística de que todos conocemos o hemos conocido a lo largo de nuestras vidas a un "prototipo representativo" de algunos de los trastornos de personalidad que recoge el DSM-IV (Diagnósticos de salud mental) y que voy a mostrar a continuación. Piensa bien mientras lees a quién conoces de tu entorno próximo -o no tan próximo- que cumpla los criterios diagnósticos en alto grado y verás, que vas a identificar a más de uno... y de dos. 
Se recogen 10 tipos de trastornos de personalidad, clasificados en 3 grupos, según las características comunes:

a) Raros o excéntricos: paranoide, esquizoide, esquizotípico.

b) Dramáticos, emotivos o inestables: antisocial, límite, histriónico y narcisista.


c) Ansiosos o temerosos: evitativo, dependiente, obsesivo-compulsivo.

Vamos a ir describiendo brevemente uno por uno:

1. Trastorno paranoide de la personalidad


Se trata de personas excesivamente desconfiadas. Sospechan, sin existir motivos evidentes, que los demás se van a aprovechar de ellos o que les van a engañar. Tienen la creencia no fundamentada de que los demás intentan hacerle daño o de que actúan con ellos de forma amenazante o agresiva
Tienen una alta preocupación por dudas no justificadas sobre la lealtad o la fidelidad de socios y amigos. A la hora de comunicarse, ven significados ocultos y dobles significados en cualquier expresión verbal/no verbal que haga el receptor. Además son personas muy rencorosas; no olvidan con facilidad un insulto, una injuria o un desprecio. Sus percepciones de ataques a su identidad o reputación no son percibidas por los demás, es decir, solo él lo percibe así, su pensamiento es paranoico.
Si tienen pareja son enfermizamente celosos y tienen la continua sospecha injustificada de que su cónyuge/pareja es infiel.




2. Trastorno esquizoide de la personalidad


Las personas con este trastorno son generalmente introvertidas, solitarias y distanciadas en sus relaciones interpersonales, además de tener una emocionalidad restringida. Comienza en la vida adulta y cumplen cuatro o más de los siguientes puntos:

1. ni desea ni disfruta de las relaciones personales, incluido el formar parte de una familia.
2. escoge casi siempre actividades solitarias
3. tiene escaso o ningún interés en tener relaciones sexuales con otra persona
4. muestra anhedonia (ausencia de placer) en la realización de cualquier actividad
5. no tiene amigos intimos o personas de confianza, aparte de los familiares de primer grado
6. se muestra indiferente a los halagos o críticas de los demás
7. muestra frialdad emocional, distanciamiento o aplanamiento de la afectividad.


3. Trastorno esquizotípico de la personalidad

Estereotipando un poco, éste es el mítico compañero de colegio rarito que se convierte en el centro de atención por su actitud, sus acciones y su vestimenta... digamos "diferente". 
Quien padece este trastorno tiene una capacidad reducida para las relaciones personales y suele tener distorsiones perceptivas-cognitivas características, además de tratarse de personas bastante excéntricas
Comienza también al principio de la vida adulta y se da en distintos contextos, como indican los siguientes puntos:
1. ideas de referencia 
2. creencias raras o pensamiento mágico que influye en el comportamiento y es inconsistente con las normales subculturales (por ejemplo supersticiones, fantasías, creer en la telepatía o clarividencia)
3. experiencias perceptivas inhabituales, incluidas las ilusiones corporales
4. pensamiento y lenguaje raros (habla de forma vaga, metafórica, sobreelaborada, etc.)
5. suspicacia o ideación paranoide
6. afectividad inapropiada o restringida
7. comportamiento o apariencia raros, excéntricos o peculiares
8. falta de amigos íntimos o desconfianza aparte de los familiares
9. ansiedad social excesiva que no disminuye con la familiarización y que tiende a asociarse con temores paranoides


4. Trastorno antisocial de la personalidad

Este tipo de personas se caracterizan por ser impulsivas, irritables, agresivas, desprecian a los demás y tienen una conducta irresponsable. No muestran remordimientos por su comportamiento. Suelen cometer delitos a lo largo de su vida.





5. Trastorno límite de la personalidad


Conocido también comúnmente como borderline. Estas personas son muy impulsivas y con frecuencia han desarrollado este trastorno como consecuencia de un acontecimiento traumático en la infancia. Tienen episodios de ira incontrolada e inapropiada y tienen tendencia al suicidio (no es extraño que a lo largo de sus vidas tengan historia de intentos varios). Son hipersensibles al rechazo y tienen un patrón inestable de relaciones interpersonales así como de autoimagen y de afectividad. Pueden tener comportamientos violentos y automáticamente mostrar un auténtico arrepentimiento.

6. Trastorno histriónico de la personalidad

Este trastorno me gusta especialmente. He tenido el placer o la mala suerte de haber conocido a un par de sujetos que lo padecen. Estas personas siguen un patrón de excesiva emotividad y búsqueda de atención, es decir, suelen mostrar sus emociones de forma teatral y exagerada, son vanidosas y egocéntricas, y se sienten incómodas cuando no ocupan el centro de atención. Su apariencia y comportamiento suelen ser extremadamente seductores (juegan con eso también para conseguir atención), ya que les preocupa no serlo. Buscan continuamente aprobación y reconocimiento en lo que hacen, y pueden enfadarse si alguien no les halaga o les atiende. Suelen ser muy impulsivos y con baja tolerancia a la frustración, además de tener un estilo cognitivo extremista: todo es blanco, o todo es negro. No hay término medio. Su discurso carece de detalles y es exagerado.
¿Y sabéis quién padece este trastorno con mayor frecuencia? Las mujeres... Aunque esas dos personas que yo he conocido curiosamente eran hombres.

7. Trastorno narcisista de la personalidad

Quien conoce el mito de Narciso, poco más tiene que leer acerca de este trastorno. Enamoradas de sí mismas, son personas con un grandioso sentido de la autoimportancia (exagera los logros y capacidades, necesitan ser reconocidos como superiores sin unos logros proporcionados, etc.), con una necesidad de admiración continua y una tremenda falta de empatía
Una persona narcisista está preocupada por fantasías de éxito ilimitado, poder, brillantez, belleza o amor imaginarios. Cree que es "especial" y único, y que solo puede ser comprendido por, o sólo puede relacionarse con personas/instituciones especiales o de alto status. Exigen una admiración excesiva y son personas muy pretenciosas. Con frecuencia envidian a los demás o creen que los demás le envidian a él y presentan actitudes y comportamientos muy arrogantes o soberbios. Además -y con esto hay que tener especial cuidado si tenéis trato con alguien así-, son interpersonalmente explotadores, es decir, sacan provecho de los demás para alcanzar sus propias metas. 


8. Trastorno evitativo de la personalidad

Llamado también trastorno de personalidad ansiosa, precisamente por su relación con el trastorno de ansiedad y con la fobia social. 
Son personas con una autoimagen alienada, que evitan actividades o trabajos que impliquen relaciones interpersonales significativas. Si no están seguras de que van a agradar rehuyen a implicarse en las relaciones interpersonales porque tienen miedo de ser ridiculizados, criticados o avergonzados, y esto les preocupa excesivamente. Se encuentran inhibidos en situaciones interpersonales novedosas debido a un sentimiento de inferioridad (dan una sensación de inseguridad o timidez) y se ven a sí mismos como ineptos socialmente y  poco interesantes.
Por todo esto las personas con trastorno de la personalidad por evitación suelen tener pocas relaciones íntimas, si es que tienen alguna, a excepción de sus familiares de primer grado.

9. Trastorno dependiente de la personalidad

Adultos que son como niños. Tienen una dificultad ENORME para tomar decisiones por sí mismos, sin un aconsejamiento y reafirmación excesivo de los demás. Tienen además la necesidad de que otros asuman las áreas importantes de su vida. Son altamente sugestionables, es decir, tienen dificultades para expresar desacuerdo por miedo a la falta de apoyo o aprobación, y para hacer las cosas a su manera, esto quiere decir que son capaces de hacer cosas que les disgustan con tal de obtener aprobación o protección de los demás.
Se sienten incómodos cuando están solos debido a sus temores exagerados y suelen encontrarse siempre en una relación sentimental. Además, cuando terminan con ésta, su tendencia es a buscar comenzar otra nueva con urgencia, teniendo extrema facilidad para "enamorarse". En general estas personas tienen un exagerado miedo al abandono y a tener que cuidar de sí mismos. Suelen construir su identidad en base a otra persona.
Es curioso cómo estas personas tienden a hablar en plural, "nosotros", cuando se encuentran en una relación sentimental en lugar de hablar desde el "yo".




10. Trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad 

También llamado trastorno anarcástico de la personalidad. 
No hay que confundir el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) con el trastorno de personalidad obsesivo-compulsivo (TPOC), pues éste ultimo resulta un patrón estable a lo largo de la vida del individuo. Y no, no todas las madres tienen este trastorno aunque estés ahora mismo acordándote de la tuya.
Estas personas son formales, fiables y excesivamente metódicas. Están extremadamente preocupados por los detalles, el orden, el control y la perfección. Se caracterizan por ser muy meticulosos y tienen un sentido intenso del deber, con terror a infringir las normas.  A menudo son muy resistentes al cambio, es decir, son personas rígidas. Son muy cautos y analizan todas las partes del problema, lo que les dificulta la toma de decisiones.
También suelen ser hiperexigentes consigo mismos y con los demás,  teniendo poca tendencia a delegar tareas, haciéndolas todas él mismo por falta de confianza en los demás. Suelen llevar un estilo de vida muy ávaro por debajo de sus posibilidades económicas, y suelen ser pedantes y convencionales, con expresividad emocional muy limitada.



Alguno de estos diagnósticos tienen nombre y apellido, ¿verdad?

Espero que hayáis aprendido un poquito más acerca de la psicología de la personalidad, y si tenéis alguna duda, pregunta, sugerencia o comentario, escribid libremente en "Publicar una entrada", allí responderé con mucho gusto a todos vuestros comentarios.

¡Hasta muy pronto!




"El narcisismo de las pequeñas diferencias, es la obsesión por diferenciarse de aquello que resulta familiar y parecido" (Sigmund Freud)



miércoles, 5 de junio de 2013

¿Puede el cuerpo modular nuestra mente?

¡¡¡¡¡¡Buenos días a todos!!!!!!  

Por fin ha salido el sol y nos hemos levantado todos con otro gesto en la cara, y hablando de gestos... vamos a centrarnos en ellos, pues el post de hoy está bastante relacionado.

El blog está esta última semana un poquito parado pero esta pausa tiene carácter temporal, y se debe a que estoy en periodo de exámenes. A partir del jueves volveré a la carga publicando temas nuevos relacionados con la personalidad.

Sabemos a ciencia cierta -existen evidencias científicas- que nuestra mente tiene la capacidad de influir y de hecho influye, sobre nuestro cuerpo. Nuestros pensamientos modifican nuestros niveles hormonales (actúan a nivel biológico), configuran nuestro estado emocional y regulan nuestra conducta, entre otros efectos objetivos y observables.

Sin embargo... ¿Es esto posible a la inversa? ¿Podemos a través de nuestro cuerpo modular/modificar/regular nuestra mente? ¿Somos capaces de cambiar la mente a través del lenguaje no verbal (posturas, gestos)?
Los resultados del experimento llevado a cabo por el grupo de psicólogos al que pertenece Amy Cuddy, la mujer que lo presenta públicamente, se muestran a continuación.

¡Que lo disfrutéis!









p.d: Dos detalles del vídeo: La teatralidad y relato conmovedor típicos de los americanos no podían faltar en el speech... y el segundo detalle... de todos aquellos que hayan visto el vídeo sin leer este pequeño apunte, me atrevo a asegurar que más del 80% realizarán la "pose de poder" delante del espejo poco después (si no durante) de ver el vídeo... ¡así somos! (yo también, sí... jajaja ;) )


¡Hasta muy pronto!