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miércoles, 21 de agosto de 2013

Cuando jugar se convierte en pesadilla: El juego patológico

Nunca me había parado a observar el elevado número de personas que invierten su tiempo en salas de juegos. Pasan horas, y horas, y horas. Nunca me había llamado la atención porque sencillamente ni había estudiado la patología en profundidad, ni conozco personalmente a nadie que sufra esta adicción, por lo que a mí ni me iba ni me venía.

Pero me tocó estudiar el juego en su vertiente psicopatológica, y ahora no puedo dejar de fijarme cada vez que paseo y paso por delante de una sala de juegos o de un casino. Me asomo, echo un vistazo, observo a esas personas, la mayoría hombres, y observo sus conductas compulsivas. Apenas tienen conciencia de que están sucediendo cosas alrededor de esa máquina. Su atención y concentración están plenamente dedicadas a ella, de una manera llamativamente obsesiva.

Munich, la ciudad en la que vivo, destaca además por la frecuencia de salas de juego y casinos en las calles del centro, especialmente alrededor de la estación central. Estos jugadores adictos que tienen la relación más estrecha de su vida con una máquina tragaperras parecen inofensivos, pues se mantienen ocupados y no molestan a nadie, y semejan no afectar a la sociedad. Mentira. No solo son un peligro para la sociedad sino que detrás de esos hombres tan concentrados en su actividad "inofensiva" existe sufrimiento, existen familiares desesperados, existe maltrato, existe delincuencia, existen deudas, existen estafas, existe depresión, coexiste alcoholismo e incluso otras adicciones no poco frecuentes, como a drogas ilegales o al sexo. Y no necesariamente todo a la vez. Ni estrictamente en ese orden.

El perfil del jugador patológico

El juego patológico se considera un trastorno del control de los impulsos. El jugador patológico se distingue del jugador normal al presentar de forma evidente los siguientes síntomas:

1. Una preocupación permanente por el juego y por obtener dinero para jugar
1.a) Necesidad de jugar cada vez una cantidad mayor para lograr el nivel de excitación
2. Una contínua o episódica pérdida de control de los impulsos de jugar
3. Pensamientos irracionales sobre el juego
4. Persistencia en la conducta de juego a  pesar de consecuencias graves sucedidas.

Según datos estadísticos obtenidos en diferentes países, podemos concluir que el perfil psicosocial que cumple con mayor frecuencia el jugador patológico es el siguiente:


- Hombre (proporción respeto a mujeres 2 : 1)
- Edad comprendida entre 18 y 30 anos (generalmente se empieza a "tontear" con el juego en la etapa de adolescencia)
- Personas con un bajo nivel educativo o bajo nivel socioeconómico
- Afecta igualmente a casados y a solteros (hay estudios que apoyan la mayoría de casados y estudios que sostienen que la mayoría son solteros)
- Acuden a atención primaria o a terapia psiquiátrica mayoritariamente varones (relación 3 : 1), casados (70%), con estudios primarios (90%), la mitad con trabajo fijo y con ingresos económicos bajos.

Los resultados de un estudio realizado en la Universidad de Málaga muestra que el juego patológico aparece con mayor frecuencia en aquellas personas que tienen de base los siguientes trastornos de la personalidad: personalidad dependiente, obsesivo-compulsivo, antisocial y narcisista.

Además de tratarse de un trastorno de curso progresivo, cabe destacar que la persona que sufre este tipo de adicción NO consigue jamás la curación o recuperación completa, es decir, la adicción es crónica e incurable, como el alcoholismo, la persona puede mantener una abstinencia del objeto de adicción el resto de su vida pero su personalidad continúa siendo adictiva (me inclino por la existencia de este tipo de personalidad, otros autores por el contrario la refutan) y se debe intentar mantener dentro de unos márgenes de estabilidad y bienestar psicológico para que su calidad de vida no se deteriore. Esto se consigue tanto con psicoterapia como con una red de apoyo familiar y social satisfactoria.


El deterioro progresivo

Como siempre en este tipo de patologías "escondidas" en la sociedad, que pocos advierten, los familiares (mujer, hijos) quedan a la sombra, siendo al final los que más sufren y sobre los que recae la responsabilidad de las consecuencias de las conductas del adicto. (Me dedico exclusivamente a los hombres porque estadísticamente son mayoría y por falta de espacio). Pronto llegan las mentiras, los enganos, las agresiones (psicológicas o verbales) e incluso los hurtos. Los familiares, frecuentemente la madre o pareja, tardan mucho tiempo en alejarse de esta situación, generándose casi inevitablemente una relación de codependencia con el adicto.


¿Qué es una relación de codependencia? Es una relación adictiva y conflictiva que se aleja generalmente mucho del amor. La persona codependiente pasa a personar y tolerar absolutamente todo independientemente de que exista maltrato físico o psicológico por parte de la persona trastornada. Es una relación enferma y suele acabar con graves consecuencias. Suele darse con frecuencia como he dicho en madres o parejas (el sexo femenino invade el grupo de personas codependientes, es posible que mucho tenga que ver su rol social de cuidadora), así como en personas con autoestima baja, que tienen desde el principio un vínculo fuerte con el enfermo y consideran el alejamiento como un "abandono", sintiéndose culpables y manteniendo la protección y la relación de manera incondicional.

El deterioro de las relaciones en el ámbito familiar es así el que primero se manifiesta, pasando en poco tiempo a extenderse al ámbito económico, laboral, de ocio y finalmente social (es cuando "los de su alrededor" ya se dan cuenta de la gravedad del problema) y penal (si llegan a cometer delitos).

Las deudas, los despidos, el abandono de actividades de ocio y el aislamiento social son síntomas avanzados que indican gravedad. En casos extremos el jugador patológico puede llegar a cometer delitos como hurtos o atracos, con el objetivo de conseguir dinero con el que saldar las deudas y continuar jugando para obtener el dinero con el que teóricamente saldarán las deudas, entrando así en un círculo vicioso. También sumamos al ámbito penal aunque no siempre impliquen conductas ilegales, las conductas de riesgo, como la conducción temeraria, el alcoholismo o el consumo de drogas.

Entre las características clínicas más típicas de esta patología están la ilusión de control, es decir, los adictos al juego están convencidos de que son ellos los han desarrollado habilidades y estrategias que controlan a la máquina. Este es uno de los errores cognitivos más frecuentes y que más predicen la persistencia en la adicción. Otra característica típica son las verbalizaciones irracionales. El azar deja de existir para ellos. Un 75% de los jugadores patológicos expresa verbalmente una realidad distorsionada con frases tipo: "tengo la máquina caliente ya", "está a punto" o "si hago esta y esta combinación, no falla".

La coexistencia de trastornos

Curiosamente, las personas que tienen adicción al juego, raramente padecen este trastorno de forma aislada. Un altísimo porcentaje presenta trastornos de ansiedad, depresión, alcoholismo u otro tipo de adicción como tabaquismo o adicción a otras drogas. Incluso se han descrito casos de adictos con un trastorno de adicción al sexo. Esto parece entonces apoyar la teoría de que el tipo de personalidad adictiva, sí existe.

La pregunta que aún no ha sido contestada y que en mi opinión depende de cada caso individual es, ¿son los trastornos de base como la ansiedad o la depresión, los desencadenantes de la adicción al juego? ¿o es la adicción al juego la que origina este tipo de trastornos secundarios?

Parece ser que el ambiente de juego promueve el desarrollo de otras adicciones (entorno de fumadores, camareras ofreciendo bebidas alcohólicas, etc.), pero también hay datos que sugieren que las enormes pérdidas económicas producen una inmensa ansiedad en el adicto, así como un aumento de la probabilidad de desarrollar una depresión.

Pues bien... tras la lectura de este artículo solo me queda invitarte a reflexionar, debatir sobre este tema y estar muy atento a tu propia conducta, asi como a la de los que te rodean... pues vas a encontrarte con más casos de adicciones de los que pensabas: al tabaco, drogas, redes sociales, comida, etc. Como en todos los ámbitos (alimentación, ejercicio) todo en moderación y en equilibrio es sano, el exceso es siempre un indicativo de trastorno.


¡Hasta muy pronto!

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