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martes, 7 de enero de 2014

Ataques sexuales en aglomeraciones: el frotteurismo

Hace poco me tocó leer sobre parafilias sexuales y automáticamente vino a mi mente una experiencia
bastante desagradable que tuve hace unos años, durante un viaje que hice en mi primer año de carrera a Roma con una amiga. Íbamos en el metro en hora punta, repleto de gente hasta los topes, de pie y comentando la noche anterior, en la que habíamos salido de fiesta con un grupo de Erasmus de nuestro hostal. A mi amiga de vez en cuando le dan ataques de verborrea, y éste fue uno de esos momentos. Ella hablaba y hablaba emocionada cuando de repente siento que el señor de mi izquierda se está acercando demasiado a mí. El metro iba lleno, pero él tenía espacio de sobra y al percibir que de alguna forma estaba invadiendo mi espacio vital, me retiré discretamente. En ese momento comprobé que no era un acercamiento casual, pues él se volvió a acercar con disimulo. Tengo que contextualizar haciendo hincapié en mi corta edad, veinte años, y en que por aquel entonces era fácilmente impresionable por cualquier suceso que se alejara de lo habitual (había visto poco mundo por decirlo así), por lo que mi reacción fue la siguiente: me quedé paralizada y blanca como una pared. Mi amiga seguía hablando y yo la miraba aterrorizada intentando comunicar con los ojos lo que estaba ocurriendo, pero ella interpretó que estaba quedándome blanca por lo que me estaba contando, por lo que siguió con su discurso ciega de euforia.

Lejos de terminar ahí aquello, y desesperada porque mi amiga no captara la situación, de repente escuché al hombre gimiendo en mi oreja, primero muy bajito, pero incrementó el tono hasta la evidencia, a la vez que noté un bulto a la altura de mi muslo. Presa de pánico no conseguí moverme y empecé a sudar como un pollo, casi llorando porque mi amiga no me salvaba, ella seguía hablando porque pensaba que mis ojos como platos se debían a su interesante historia. Es curiosa la variedad de reacciones que tiene la mente humana ante situaciones chocantes, aunque la opción de salir corriendo y gritar hubiera estado mejor, estando el vagón como estaba no hubiera sido una opción exitosa. Insistí con la mirada siendo cada vez más obvia y en una de las pausas que mi amiga hizo a lo largo su interminable discurso, me miró y por fin se percató de que algo no iba bien (la sensibilidad parece que no es lo suyo). Tras preguntarme "¿qué pasa?" y no obtener respuesta, miró al señor, me miró a mí, me agarró bruscamente y me alejó a la otra punta del vagón.

El desconocido se bajó en la siguiente parada atreviéndose además a mirarnos con una sonrisa lasciva desde el andén. Yo seguí un largo rato con la respiración contenida y con taquicardia, naúseas y muchas, muchas ganas de llorar.

Hoy, me vuelve a pasar algo parecido y os aseguro que el hombre no sale vivo de ese vagón.

El frotteurismo: el placer de tocar sin permiso

Este tipo de personas, en su mayoría hombres, abundan en aglomeraciones como el transporte colectivo, una fiesta o en la calle, esperando encontrar una víctima desconocida contra la que frotarse, pues esa conducta es para ellos fuente de excitación sexual. Se trata de los frotteur. Esta palabra derivada del francés, el frotteurismo, define un trastorno sexual o parafilia que en muchos casos se considera agresión (en el mío desde luego que sí). Es de hecho la segunda parafilia más frecuente después del voyeurismo (excitación sexual en la conducta de observar sin permiso a parejas teniendo relaciones sexuales).

Entendemos parafilia por desviaciones sexuales o perversiones, trastornos de inclinación sexual, es decir, conductas poco comunes o extrañas para conseguir la excitación. Y en muchos casos supone agresión a otra persona, pues exige prescindir de su consentimiento.

¿Os parece un trastorno "raro"? Pues es mucho más frecuente de lo que os imagináis. Algunos de los hombres que lo padecen tienen pareja o están casados e incluso tienen relaciones sexuales normales. En ciudades como México y Tokio, donde el transporte público suele estar abarrotado, el frotteurismo se ha convertido en una costumbre tan extendida, que han tenido que colocar señales prohibiéndolo e incluso habilitar vagones "solo para mujeres". Y no es exagerado: dos de cada tres mujeres habituales del metro de Tokio entre 20 y 30 años aseguran haber sufrido un ataque sexual de este tipo.

Las zonas que los agresores suelen tocar con mayor frecuencia son los glúteos, los muslos, el pecho y los genitales. Mientras lo hacen suelen imaginar que están teniendo una relación sexual con esa persona.

Actualmente se considera acoso o agresión sexual, pues la víctima no consiente este tipo de contacto. Si te ha pasado o te ocurriera alguna vez, no dudes en denunciarlo.

Criterios diagnósticos: ¿Padeces este trastorno?

Según el DSM-IV-R (Diagnósticos de salud mental), deben cumplirse los siguientes síntomas para establecer el diagnóstico de frotteurismo:

1. Durante un periodo de seis meses experimenta fantasías sexuales recurrentes altamente excitantes e impulsos sexuales o conductas ligadas al hecho de tocar o rozar a una persona en contra de su voluntad.

2. El individuo ha satisfecho estas necesidades sexuales, éstas producen malestar elevado o interfiere dificultando la vida normal.

Esta parafilia requiere por supuesto terapia psicológica. En ella se trabajará en encontrar la raíz de esta conducta y en conseguir que la persona exprese de otra manera alternativa su sexualidad.

Curioso, ¿verdad?

Pues próximamente os contaré más acerca de las parafilias, todo un mundo en psicología interesantísimo a la par que sorprendente, pues son argumentos de multitud de historias de terror, un mundo que por cierto nos rodea, no sigáis creyendo que no conocéis a nadie que sufra este tipo de patologías porque por estadística, a alguien conocéis SEGURO, otra cosa es que no lo sepáis... pues en la mayoría de los casos forma parte de la privacidad del psicópata. Ahí lo dejo...




¡Hasta muy pronto! 












9 comentarios:

  1. Jajajajajajajaja que bueno...jajajaja si, la amiga con verborrea mental....era yo y..yo pensando que te interesaba mi historia....jjaajajaja

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  2. Tan tranquila yo....hablando en modo italiano( es decir...mas bien altito) cntandote mi historia....y tu blanca-amarilla....tendria que haber recinocido que tu cara no era de sorpresa jajajjajajajjaja mas aun con lo que estabamos estudiando....jajajajaja ye podia haber hecho un diagnostico enfermero de sorpresa jajajaj cuando era un afrontamiento inadecuado del frotamiento jajajajajajjaaja pobrecita mi niña....jajajaja le tenia que haber pegado

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    1. pues sí, no hubiera estado mal... pero desde aquello tú y yo nos comunicamos mucho con la mirada, has aprendido a leerme... y veo que los ataques de verborrea también te dan por escrito jajajjajajaja un besito churri!

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  3. La verdad es que a mi nunca me ha pasado, el truco es eliminar flancos. Si te apoyas en una esquina es difícil que nadie se te acerque. Aunque es verdad, en hora punta, con tanto "frotamiento" no sé si ni siquiera se puede llegar a percibir o piensas que es parte de "traqueteo" del metro. En cualquier caso es evidente que es una agresión sexual digna de denunciarse, o por lo menos digna de soltarle una fresca al agresor y dejarlo en evidencia.

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  4. Como bien has dicho, en Japón es un serio problema. Aunque eso no quita para que en España se vea ese tipo de actitud.

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  5. Comprobado está (acabo de recordar que me ocurrió otra vez en Madrid entrando en el metro en Sol, pero al reaccionar bien no lo recuerdo como algo traumático) que la reacción más efectiva es la de ridiculizar al agresor o dejarle en evidencia delante de todos los presentes en el lugar.

    En esos casos es poco aconsejable agredir físicamente o quedarse paralizado como hice yo.
    Si se detecta un acto de frotteurismo (o de intimidación sexual, en general, pues se me han ocurrido varios otros casos que me han sucedido en el metro o cercanías de Madrid), generalmente funciona comunicar en voz alta las intenciones, reprendiendo a la persona de forma que se gire todo el mundo a mirarle y adviertan lo que está ocurriendo. Así lo hice aquella vez en Sol y la persona se retiró muerto de vergüenza, bajándose en la siguiente parada.

    En cualquier caso si el acto llegara a cometerse, es digno de ser denunciado o si fuera posible (en la mayoría de los casos esto es complicado) arrinconar a la persona y llamar a la policía.

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  6. No se si es bueno, que les comente algunas de mis experiencias en esto del froteurismo. Vivo en un pais de latinoamérica, y aprovecho cuando hay aglomeraciones, mejor si es en la noche. Recuerdo una de tantas, y fue cuando se celebraba una fiesta con desfile de conjuntos folklóricos, entonces como tengo bastante experiencia en esto, me fuí a ubicar en un sector donde había una aglomeración y por supuesto que habían mujeres, entre ella una de mis víctimas esta vez una joven de unos 18 años, entonces me fuí acercando poco a poco, hasta que estuve justo detrás de ella, y me percaté que tenían un buén poto (o culo), llevaba pantalon apreto y sus nalgas estaban exitantes; entonces como siempre saqué mi pene y lo fui acomodando entre sus dos nalgas, es decir en la raya de su culo, un poco hacia abajo, y mi verga en unos pocos minutos fué creciendo, y al mismo tiempo iba frotando disimuladamente. Ella no se movía (algunas veces, se dan cuenta y se hacen a un lado como rechazando el contacto), pero esta rica mujer no lo hizo y se quedó quieta. Para mi esta es una muy buena señal, ya que puedo ir frotandole su raya con mi pene y ami gusto; con el saca y mete, saca y mete,....,inclusive al pasar los minutos mi verga inchada y crecida, se pone tan dura como una barra y le empujo sin compasión, como lo hice con esta joven,...,casi se me viene, entonces me puse quieto por un minuto más o menos, y luego de nuevo mis embestidas (era ya como las 19 horas, casi oscuro, eso me dió más confianza), luego de nuevo me detengo y mi verga latiendo y escupiendo los primeros líquidos seminales,..., pasa un rato y nuevamente a hacerle sentir lo duro de mi pene a la dama,...,ya me encontraba muy exitado, y mi pija apunto de explotar,...,hice un otro esfuerzo para no eyacular,...,entonces me puse más firme y bién parado, además haciendo mucha fuerza con todos mis músculos principalmente de mis piernas y caderas,...,y le di la última embestida (pasarían un total de 20 minutos más o menos), y les digo mi verga empezó a moverse con fuerza y latir entre esas nalgas tan preciosas, dejando todo el semen entre ese culo y esas ricas piernas de la dama, ella no hizo nada ni dijo nada,..,se quedó así,...,hasta que mi verga se fué tranquilizando,...y realizando los últimos latidos, pero con una satisfacción tan grande que estas experiencias no las olvide, de las muchas y muchas que he tenido,...,gracias mis amigos. Ah y despues de un par de minutos, me voy disimuladamente y ella se quedó, espero que también se haya exitado al sentir mi pene latiendo y jodiendo debajo de sus nalgas y su concha,...Gracias amig@s.

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  7. Hola me llamo María, yo tengo 49 años y a mi me exito y creo que es verdadero lo que dice el huey, me gustaria la experiencia con el y pediria que me apriete las caderas ya tengo muy buenas y si alcanza a mis senos tambien, si viene por acá lo quisiera encontrar....Y si acepta le daria la mamada

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    1. Hola preciosa, mucho gusto conocerte por el foro yo me llamo Ruben, y como no me gustaría hacer contigo todo lo que me pidas y también el cornetazo o lo que tu dices mamada,...Espero tu contacto preciosa.
      También puedo escribir otras experiencias de las muchas que tengo, hasta pronto

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