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jueves, 4 de abril de 2013

A palabras necias... ¿Oídos sordos?


Los necios somos nosotros pensando que todo aquello que oímos es una reproducción fiel de la realidad. ¿Alguna vez has oído hablar de las ilusiones? Las más populares suelen ser las ilusiones visuales, como ésta que mostramos en la imagen de la derecha.

Que la percepción visual nos traiciona es un hecho conocido por todos. Algunos casos han sido mostrados en el artículo anterior “Atención, atención”. Curiosamente existen también ciertas ilusiones acústicas mediante las cuales el procesamiento de información por esta vía produce un efecto muy curioso en nuestro cerebro. Y nos hacen creer cosas que no son...
Piensa cuando estás escuchando una conversación por encima (lo que comunmente llamamos "poner antena"). Recoges ciertas palabras sueltas y a partir de un razonamiento inductivo reproduces en tu mente a partir de esas premisas y otros conocimientos que ya tienes almacenados por tu experiencia, la posible conversación que ha podido tener lugar.
Es entonces cuando ocurren los malentendidos, pues tú estás convencido de que la conversación que has concluido es la que realmente has oído y cuando le preguntas a la persona si lo que ha dicho es lo que tú estás pensando, la persona asombrada te aclara lo que realmente estaba diciendo. Desconcierto. "Pero si yo juraría que te he escuchado decir esto, esto y esto...". 
Pues pon atención a las siguientes ilusiones... siendo consciente de ellas podemos fomentar ser más flexibles cuando creamos haber "visto" u "oído" algo.

El efecto "Barber Shop"

Entra en el siguiente Link, conecta los auriculares al ordenador, póntelos y cierra los ojos. Es una demostración del efecto estéreo. Escuchándola, es como si estuviéramos en la silla de un barbero y él se moviera alrededor de nosotros. Cuando el peluquero se mueve hacia la derecha, el volumen del canal derecho aumenta ligeramente y el izquierdo disminuye. De esta manera se consigue el efecto que parece que se encuentre a nuestra derecha. Asimismo, el incremento de volumen del sonido de las tijeras, dan la impresión que él las acerca cada vez más a nuestro oído.

La ilusión demuestra nuestra gran capacidad de localizar sonidos en el espacio. El sonido contiene información a la que muchas veces no le prestamos atención, ya que el proceso de descodificación lo realiza el cerebro de manera automática. La diferencia entre los dos oídos nos da la localización espacial. Pero además la reverberación que contiene el sonido que nos llega nos indica que se encuentra lejos de nosotros y dentro de una habitación. Esta reverberación va cambiando a medida que el barbero se desplaza a través de la habitación, hasta que llega a nuestro lado, donde su voz se encuentra en el campo directo de sonido y las reflexiones del sonido, la reverberación, queda muy atenuada por el sonido directo que nos llega más fuerte.

La ilusion de la escala

Un efecto demostrado por Diana Deutsch, nos demuestra cómo nuestro cerebro agrupa notas musicales parecidas. Escucharemos dos escalas que suceden al mismo tiempo: una ascendente en un oído y otra descendente en el otro. Sin embargo, el cerebro obliga a que escuchemos cuatro notas descendentes y cuatro ascendentes y no las ocho notas de la escala. Nuestro cerebro hace coherente la interpretación agrupando notas para dar sentido. Por eso la primera nota del oído derecho la relaciona con la segunda del oído izquierdo, ya que la segunda del oído derecho no le parece que estén relacionadas.
Os invito a realizarlo pulsando este link (está en inglés): Ilusión de la escala



El efecto ventrílocuo



La dominancia visual frente al estímulo sonoro pone de manifiesto al fenómeno conocido como ilusión o efecto ventrílocuo. (atención crossmodal).

Este fenómeno ilustra como los observadores localizan erróneamente, en su posición visual aparente, los sonidos que escuchan. Los datos sensoriales existentes se determinan en favor de la visión.

La ventriloquia, a pesar de poder ser aprendida, es una facultad innata. Es el arte de hablar sin mover los labios de modo que una vez proyectada la voz, parece originarse en otro lugar con la finalidad de dar voz ilusoriamente a un muñeco. En un principio se pensó que era el resultado de un uso poco corriente del estómago durante la inhalación, y de ahí su nombre del latín venter, 'estómago' y loqui, 'hablar'.



Aquí tenemos un ejemplo: Efecto ventrílocuo




Y os proporciono un artículo interesante que he encontrado sobre la explicación neurobiológica de la ventriloquia. Artículo




¡Hasta muy pronto!






"La atención de los demás nos da el límite que hemos de poner a nuestras palabras" (Noel Clarasó)

1 comentario:

  1. Nuestro cerebro es el gran inventor, no hay duda, ayudado de sentidos algo deficientes, la verdad. Saludos

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