domingo, 28 de enero de 2018

El maltrato infantil

Hace días leía un artículo sobre maltrato doméstico, en concreto sobre maltrato a la mujer (todos sabemos que los hombres nunca nunca sufren maltrato por parte de la mujer, siempre es al revés... estoy siendo irónica por supuesto). Empecé a pensar en lo simples y frívolos que podemos llegar a ser cuando nos dejamos llevar por corrientes de pensamiento sin poner en duda absolutamente nada. Señoras y señores, el maltrato físico es horrible. Lo es. No tiene peros ni discusión posible. El maltrato psicológico sin embargo no se queda atrás y es muchísimo más aceptado, defendido, sutil, tolerado y silencioso que el físico. Tan silencioso como todas las mujeres y hombres que lo sufren. Tan silencioso como quienes lo practican. Pero todavía más silencioso es el maltrato en general cuando quienes lo sufren son niños.
Un niño es casi por definición inocente e indefenso. No tiene aún la identidad formada ni las capacidades cognitivas desarrolladas, ¿Cómo va a identificar lo que les ocurre? ¿Cómo va a denunciarlo? ¿Qué va a entender, deducir o relacionar si no tiene siquiera la capacidad para ello? Ellos sufren y punto. Y punto.

El maltrato infantil es un fenómeno por todos conocido

El concepto nos puede sonar ajeno, lejano. Puede ser hasta desagradable de leer el tema pero considero fundamental que esta información le llegue a todo el mundo. La realidad es que todos y cada uno de nosotros conoce casos o ha experimentado en tercera o primera persona algún tipo de maltrato infantil. ¿Qué tipos de maltrato existen y cómo podemos identificarlo? ¿Cómo actuar en presencia de un acto de este tipo? ¿Qué hacer si se es víctima o por el contrario, se maltrata o ha maltratado a un menor de edad?
Conoceremos las respuestas a continuación. Para empezar, es importante tener en cuenta los siguientes parámetros antes de evaluar el tipo y las consecuencias:

- Dimensión o medida del maltrato
- Edad del niño
- Edad a la que comenzó el maltrato
- Duración
- Frecuencia

Tipos de maltrato infantil

Los siguientes tipos no suelen darse por separado en la vida real, sino que se solapan unos con otros o aparecen conjuntamente:

a) Negligencia

Es el tipo más frecuente que existe y el que seguramente presenciemos más claramente, pues cuando este tipo de acto ocurre, suele ser bastante llamativo y explícito. Todos hemos conocido padres que "pasan" de sus hijos, que dan prioridad a sus propias necesidades antes que a las de sus hijos. La negligencia puede ocurrir de forma consciente o inconsciente, por falta de conocimiento o por problemas psicológicos, entre otros. Se basa en la falta seria de cuidado, supervisión o atención, y privación de los elementos esenciales para el desarrollo físico, emocional e intelectual del nino. Se puede sica no preocuparse o informarse sobre lo que el hijo está haciendo, etc.

- Cuidado deficitario de las necesidades básicas: Este tipo trae consecuencias graves. Se refiere a la falta de higiente, de alimentación, no vestir al nino acorde con las circunstancias meteorológicas, etc.

- Estimulación insuficiente: Se trata de la ausencia o falta de estímulos que fomenten el aprendizaje del infante. Dejar ver televisión durante muchas horas o jugar con el Smartphone o a videojuegos solo para mantener al niño en silencio y que "no moleste" sería el mejor ejemplo de este tipo de maltrato.

- Cuidados médicos o de salud insuficientes: No realizar las revisiones médicas pertinentes o poner las vacunas obligatorias, rechazar un tratamiento necesario, no llevar al médico cuando existe enfermedad, etc.

- Ausencia de vigilancia o supervisión: Aquí entraría lo que conocemos como "pasar de un niño". Dejarle ver televisión o consumir Internet sin control de contenido y horas, dejar al niño de edad dependiente solo en casa, no retirar artículos peligrosos (cuchillo, medicamentos) del alcance del niño, etc.

b) Maltrato psicológico

El maltrato psicológico se encuentra implícito casi siempre en otros tipos de maltrato. Aunque en este tipo no existe violencia física, las secuelas pueden ser más graves y duraderas. Incluye estos comportamientos:

- Aterrorizar: Amenazar, encerrar en un cuarto oscuro a sabiendas de que el menor tiene miedo a la oscuridad, generar situaciones de extrema ansiedad o miedo.
- Aislar: Privar al menor de relacionarse con amigos o personas de su misma edad, encerrarle en casa, no dejarle salir de un cuarto, etc.
- Rechazar: Críticas constantes, insultar, denigrar, actos de rechazo en público, avergonzar delante de otros.

Otras formas son la implicación del niño en conflictos parentales (discusiones, peleas, hablar mal el uno del otro, faltas de respeto), medidas educativas inadecuadas o desmesuradas, expectativas del niño demasiado altas o no realistas. El chantaje emocional o la manipulación en exceso es también considerado maltrato psicológico, así como el control excesivo de la intimidad del menor, sobretodo en edad adolescente (espiar conversaciones privadas con amigos, leer el diario, etc.)

Las consecuencias en la infancia suelen ser sentimientos de culpa, asumir la responsabilidad de uno o ambos padres, miedo o ansiedad excesiva, ambivalencia de sentimientos hacia los padres. En la edad adulta las consecuencias suelen ser el victimismo de mobbing o bullying, relaciones de pareja conflictivas o disfuncionales, pobre autoestima, rendimiento laboral limitado o problemático, limitación del desarrollo de la personalidad.

c) Maltrato físico

En este tipo de abuso existe siempre violencia física. Ésta puede ser:
- Térmica: Quemaduras
- Punzante: Pinchazos con agujas, cortes, pellizcos.
- Roma: Puñetazos, bofetadas, golpes, patadas, mordidas, estrangulaciones
- Estrangulación: ahogar, agarrar del cuello.
- Sacudida con fuerza: Ocurre con frecuencia en bebés llorones que "sacan de sus casillas" a la madre.

Las consecuencias del maltrato físico suelen verse reflejadas (estemos atentos) en: empeoramiento del rendimiento académico, limitación del habla, concentración disminuida, actitudes agresivas o violentas, trastornos del comportamiento social y emocional, falta de competencias sociales, dificultad para establecer vínculos y relaciones, distorsiones de la autoestima y el autoconcepto, delincuencia, abuso de alcohol y otras sustancias.

d) Abuso sexual

Se refiere a la realización de actos sexuales con o delante de un menor de edad sin su consentimiento o en contra de su voluntad, sobre los cuales el niño a causa de su inferioridad física, psíquica o cognitiva no tiene capacidad de determinar.

Podemos diferenciar entre:

- Hechos hand-on: Actos sexuales con contacto corporal (no quiero entrar en detalle)
- Hechos hand-off: Actos sexuales sin contacto corporal (Exhibicionismo, mostrar o grabar contenido pornográfico, comentarios sexuales)

Las consecuencias de este tipo de maltrato son claramente las más graves, pues generalmente suelen acompañar al individuo el resto de su vida y se manifiestan en trastornos psíquicos como trastorno posttraumático, trastornos de ansiedad, depresión, comportamientos autolesivos, comportamiento agresivo o delictivo, adicciones, etc.

Qué hacer si tenemos sospecha de maltrato infantil

Como psicólogos, profesores y otros profesionales que trabajan con menores de edad tenemos la obligación de actuar ante estos casos. Se puede intentar actuar a través de la comunicación con los padres, ofreciendo ayuda psicológica, partiendo siempre de la base que uno educa y quiere lo mejor que puede y que el maltrato puede ser la consecuencia de un conflicto parental psicológico. Descartando esta opción por negativa del padre, falta de visión del problema o reacción agresiva, la última opción es por supuesto notificar a los Servicios Sociales y llamar a la policía.

La fundación ANAR alarma de un aumento de denuncias de malos tratos infantiles y es responsabilidad de todos enfrentar este problema. Ofrecen dos teléfonos de atención anónimos, confidenciales y gratuitos las 24 horas, todos los días del año, por un equipo de psicólogos respaldados por abogados y trabajadores sociales. En el primero atienden a los menores. En el segundo responden a los adultos que quieran hacer una consulta en relación a un menor de edad.

  • Teléfono ANAR de Ayuda a Niños y Adolescentes: 900 20 20 10
  • Teléfono ANAR del Adulto y la Familia: 600 50 51 52
La vida y la salud mental de un niño está en juego y ante una situación así, tolerancia cero.

Espero que os haya servido de ayuda este artículo de hoy y con ello os deseo una semana maravillosa.

¡Hasta muy pronto!

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