domingo, 9 de junio de 2013

Vamos a jugar a un juego: Los trastornos de personalidad

      Cada uno de nosotros tiene una o varias de las características que definen los distintos trastornos de personalidad existentes sin que ello tenga que significar que suframos alguno (personalmente soy "antietiquetas" y estoy totalmente en contra del "sobrediagnóstico" que se está produciendo hoy en día en el mundo de la psiquiatría y la psicología. Por mi experiencia muchas veces por negligencias diagnósticas se puede hacer más daño al paciente que ayudarle, pues lo asimilan como una seña más de identidad: "Hola, soy Fulanito, y tengo depresión/un trastorno de ansiedad. Me comporto así porque... es que tengo depresión, no puedo controlarlo, es por mi enfermedad"). La controversia que produce este tema la comentaré con más detalle en otro artículo. Sin embargo y centrándonos en el tema de los trastornos de la personalidad, estos sí suceden con relativa frecuencia y estoy convencida por estadística de que todos conocemos o hemos conocido a lo largo de nuestras vidas a un "prototipo representativo" de algunos de los trastornos de personalidad que recoge el DSM-IV (Diagnósticos de salud mental) y que voy a mostrar a continuación. Piensa bien mientras lees a quién conoces de tu entorno próximo -o no tan próximo- que cumpla los criterios diagnósticos en alto grado y verás, que vas a identificar a más de uno... y de dos. 
Se recogen 10 tipos de trastornos de personalidad, clasificados en 3 grupos, según las características comunes:

a) Raros o excéntricos: paranoide, esquizoide, esquizotípico.

b) Dramáticos, emotivos o inestables: antisocial, límite, histriónico y narcisista.


c) Ansiosos o temerosos: evitativo, dependiente, obsesivo-compulsivo.

Vamos a ir describiendo brevemente uno por uno:

1. Trastorno paranoide de la personalidad


Se trata de personas excesivamente desconfiadas. Sospechan, sin existir motivos evidentes, que los demás se van a aprovechar de ellos o que les van a engañar. Tienen la creencia no fundamentada de que los demás intentan hacerle daño o de que actúan con ellos de forma amenazante o agresiva
Tienen una alta preocupación por dudas no justificadas sobre la lealtad o la fidelidad de socios y amigos. A la hora de comunicarse, ven significados ocultos y dobles significados en cualquier expresión verbal/no verbal que haga el receptor. Además son personas muy rencorosas; no olvidan con facilidad un insulto, una injuria o un desprecio. Sus percepciones de ataques a su identidad o reputación no son percibidas por los demás, es decir, solo él lo percibe así, su pensamiento es paranoico.
Si tienen pareja son enfermizamente celosos y tienen la continua sospecha injustificada de que su cónyuge/pareja es infiel.




2. Trastorno esquizoide de la personalidad


Las personas con este trastorno son generalmente introvertidas, solitarias y distanciadas en sus relaciones interpersonales, además de tener una emocionalidad restringida. Comienza en la vida adulta y cumplen cuatro o más de los siguientes puntos:

1. ni desea ni disfruta de las relaciones personales, incluido el formar parte de una familia.
2. escoge casi siempre actividades solitarias
3. tiene escaso o ningún interés en tener relaciones sexuales con otra persona
4. muestra anhedonia (ausencia de placer) en la realización de cualquier actividad
5. no tiene amigos intimos o personas de confianza, aparte de los familiares de primer grado
6. se muestra indiferente a los halagos o críticas de los demás
7. muestra frialdad emocional, distanciamiento o aplanamiento de la afectividad.


3. Trastorno esquizotípico de la personalidad

Estereotipando un poco, éste es el mítico compañero de colegio rarito que se convierte en el centro de atención por su actitud, sus acciones y su vestimenta... digamos "diferente". 
Quien padece este trastorno tiene una capacidad reducida para las relaciones personales y suele tener distorsiones perceptivas-cognitivas características, además de tratarse de personas bastante excéntricas
Comienza también al principio de la vida adulta y se da en distintos contextos, como indican los siguientes puntos:
1. ideas de referencia 
2. creencias raras o pensamiento mágico que influye en el comportamiento y es inconsistente con las normales subculturales (por ejemplo supersticiones, fantasías, creer en la telepatía o clarividencia)
3. experiencias perceptivas inhabituales, incluidas las ilusiones corporales
4. pensamiento y lenguaje raros (habla de forma vaga, metafórica, sobreelaborada, etc.)
5. suspicacia o ideación paranoide
6. afectividad inapropiada o restringida
7. comportamiento o apariencia raros, excéntricos o peculiares
8. falta de amigos íntimos o desconfianza aparte de los familiares
9. ansiedad social excesiva que no disminuye con la familiarización y que tiende a asociarse con temores paranoides


4. Trastorno antisocial de la personalidad

Este tipo de personas se caracterizan por ser impulsivas, irritables, agresivas, desprecian a los demás y tienen una conducta irresponsable. No muestran remordimientos por su comportamiento. Suelen cometer delitos a lo largo de su vida.





5. Trastorno límite de la personalidad


Conocido también comúnmente como borderline. Estas personas son muy impulsivas y con frecuencia han desarrollado este trastorno como consecuencia de un acontecimiento traumático en la infancia. Tienen episodios de ira incontrolada e inapropiada y tienen tendencia al suicidio (no es extraño que a lo largo de sus vidas tengan historia de intentos varios). Son hipersensibles al rechazo y tienen un patrón inestable de relaciones interpersonales así como de autoimagen y de afectividad. Pueden tener comportamientos violentos y automáticamente mostrar un auténtico arrepentimiento.

6. Trastorno histriónico de la personalidad

Este trastorno me gusta especialmente. He tenido el placer o la mala suerte de haber conocido a un par de sujetos que lo padecen. Estas personas siguen un patrón de excesiva emotividad y búsqueda de atención, es decir, suelen mostrar sus emociones de forma teatral y exagerada, son vanidosas y egocéntricas, y se sienten incómodas cuando no ocupan el centro de atención. Su apariencia y comportamiento suelen ser extremadamente seductores (juegan con eso también para conseguir atención), ya que les preocupa no serlo. Buscan continuamente aprobación y reconocimiento en lo que hacen, y pueden enfadarse si alguien no les halaga o les atiende. Suelen ser muy impulsivos y con baja tolerancia a la frustración, además de tener un estilo cognitivo extremista: todo es blanco, o todo es negro. No hay término medio. Su discurso carece de detalles y es exagerado.
¿Y sabéis quién padece este trastorno con mayor frecuencia? Las mujeres... Aunque esas dos personas que yo he conocido curiosamente eran hombres.

7. Trastorno narcisista de la personalidad

Quien conoce el mito de Narciso, poco más tiene que leer acerca de este trastorno. Enamoradas de sí mismas, son personas con un grandioso sentido de la autoimportancia (exagera los logros y capacidades, necesitan ser reconocidos como superiores sin unos logros proporcionados, etc.), con una necesidad de admiración continua y una tremenda falta de empatía
Una persona narcisista está preocupada por fantasías de éxito ilimitado, poder, brillantez, belleza o amor imaginarios. Cree que es "especial" y único, y que solo puede ser comprendido por, o sólo puede relacionarse con personas/instituciones especiales o de alto status. Exigen una admiración excesiva y son personas muy pretenciosas. Con frecuencia envidian a los demás o creen que los demás le envidian a él y presentan actitudes y comportamientos muy arrogantes o soberbios. Además -y con esto hay que tener especial cuidado si tenéis trato con alguien así-, son interpersonalmente explotadores, es decir, sacan provecho de los demás para alcanzar sus propias metas. 


8. Trastorno evitativo de la personalidad

Llamado también trastorno de personalidad ansiosa, precisamente por su relación con el trastorno de ansiedad y con la fobia social. 
Son personas con una autoimagen alienada, que evitan actividades o trabajos que impliquen relaciones interpersonales significativas. Si no están seguras de que van a agradar rehuyen a implicarse en las relaciones interpersonales porque tienen miedo de ser ridiculizados, criticados o avergonzados, y esto les preocupa excesivamente. Se encuentran inhibidos en situaciones interpersonales novedosas debido a un sentimiento de inferioridad (dan una sensación de inseguridad o timidez) y se ven a sí mismos como ineptos socialmente y  poco interesantes.
Por todo esto las personas con trastorno de la personalidad por evitación suelen tener pocas relaciones íntimas, si es que tienen alguna, a excepción de sus familiares de primer grado.

9. Trastorno dependiente de la personalidad

Adultos que son como niños. Tienen una dificultad ENORME para tomar decisiones por sí mismos, sin un aconsejamiento y reafirmación excesivo de los demás. Tienen además la necesidad de que otros asuman las áreas importantes de su vida. Son altamente sugestionables, es decir, tienen dificultades para expresar desacuerdo por miedo a la falta de apoyo o aprobación, y para hacer las cosas a su manera, esto quiere decir que son capaces de hacer cosas que les disgustan con tal de obtener aprobación o protección de los demás.
Se sienten incómodos cuando están solos debido a sus temores exagerados y suelen encontrarse siempre en una relación sentimental. Además, cuando terminan con ésta, su tendencia es a buscar comenzar otra nueva con urgencia, teniendo extrema facilidad para "enamorarse". En general estas personas tienen un exagerado miedo al abandono y a tener que cuidar de sí mismos. Suelen construir su identidad en base a otra persona.
Es curioso cómo estas personas tienden a hablar en plural, "nosotros", cuando se encuentran en una relación sentimental en lugar de hablar desde el "yo".




10. Trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad 

También llamado trastorno anarcástico de la personalidad. 
No hay que confundir el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) con el trastorno de personalidad obsesivo-compulsivo (TPOC), pues éste ultimo resulta un patrón estable a lo largo de la vida del individuo. Y no, no todas las madres tienen este trastorno aunque estés ahora mismo acordándote de la tuya.
Estas personas son formales, fiables y excesivamente metódicas. Están extremadamente preocupados por los detalles, el orden, el control y la perfección. Se caracterizan por ser muy meticulosos y tienen un sentido intenso del deber, con terror a infringir las normas.  A menudo son muy resistentes al cambio, es decir, son personas rígidas. Son muy cautos y analizan todas las partes del problema, lo que les dificulta la toma de decisiones.
También suelen ser hiperexigentes consigo mismos y con los demás,  teniendo poca tendencia a delegar tareas, haciéndolas todas él mismo por falta de confianza en los demás. Suelen llevar un estilo de vida muy ávaro por debajo de sus posibilidades económicas, y suelen ser pedantes y convencionales, con expresividad emocional muy limitada.



Alguno de estos diagnósticos tienen nombre y apellido, ¿verdad?

Espero que hayáis aprendido un poquito más acerca de la psicología de la personalidad, y si tenéis alguna duda, pregunta, sugerencia o comentario, escribid libremente en "Publicar una entrada", allí responderé con mucho gusto a todos vuestros comentarios.

¡Hasta muy pronto!




"El narcisismo de las pequeñas diferencias, es la obsesión por diferenciarse de aquello que resulta familiar y parecido" (Sigmund Freud)



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