Uno puede sentirse tremendamente estable psicológicamente hasta que le toca afrontar una situación de pérdida. Esta situación brusca y traumática, puede ser real o imaginaria, objetiva o subjetiva, pero desencadena una serie de respuestas emocionales comunes a todas las personas: estas respuestas conforman el proceso de duelo.
Ejemplos de situación de pérdida pueden ser la muerte de un ser querido, la pérdida de un empleo, la ruptura en una relación, etc.
El proceso de duelo se compone de varias etapas, y si estas etapas se desvían significativamente, el proceso normal se convertiría en un duelo patológico, en el cual las personas sufren consecuencias psicológicas moderadas o graves, las cuales afectan a la vida diaria y necesitan ser urgentemente tratadas. Es por ello que hoy escribo este artículo, para enfatizar la importancia de ir pasando por todas y cada una de las siguientes etapas, y la relevancia de un acompañamiento terapéutico a las personas que están pasando por esos momentos de crisis vital para que consigan superar el proceso con éxito.
Ejemplos de situación de pérdida pueden ser la muerte de un ser querido, la pérdida de un empleo, la ruptura en una relación, etc.
El proceso de duelo se compone de varias etapas, y si estas etapas se desvían significativamente, el proceso normal se convertiría en un duelo patológico, en el cual las personas sufren consecuencias psicológicas moderadas o graves, las cuales afectan a la vida diaria y necesitan ser urgentemente tratadas. Es por ello que hoy escribo este artículo, para enfatizar la importancia de ir pasando por todas y cada una de las siguientes etapas, y la relevancia de un acompañamiento terapéutico a las personas que están pasando por esos momentos de crisis vital para que consigan superar el proceso con éxito.