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sábado, 30 de septiembre de 2017

12 beneficios de la BICICLETA para tu mente

Óyeme Carlos llévame en tu bicicleta... "No me da la gana (siempre he pensado que diría yo si fuese Carlos), te compras tú una y aprendes a montar". Y es que no hay nada más incómodo que llevar a alguien de paquete en una bicicleta, aparte de que merece tanto la pena darle a los pedales...

Pero hay pequeños detalles que damos por hecho en la vida, como vivir en una ciudad con carril bici.

Poder incluir una hora diaria de ejercicio en tu día sin apenas darte cuenta es un lujo del que carecen muchas ciudades. Múnich tiene esa suerte, y me sigo sorprendiendo de cuánto lo doy por hecho cuando viajo a otras ciudades en las que la invitación al deporte brilla por su ausencia, o hay que poner un empeño extra. La bicicleta es un vehículo de transporte y un instrumento deportivo, y tanto si el uso que le dais es el primero o el segundo, nos mantiene en forma a base de bien.

sábado, 5 de octubre de 2013

Imaginación vs. realidad

Si te estás imaginando algo que va a suceder y te preocupa, te inquieta  y te crea ansiedad, analiza.

¿Tienes la absoluta certeza de que vaya a suceder? ¿Existe el mismo porcentaje de posibilidades de que suceda y de que no suceda? Entonces piensa por qué eliges aquella opción que más daño te hace, por qué adelantas acontecimientos y por qué te preocupas tanto por algo que aún no ha sucedido y ni siquiera sabes si va a suceder.

A veces sufrimos más con lo que imaginamos que con lo que en realidad sucede.

Te voy a contar una pequeña historia que quizá te haga pensar:

"Había una vez un chico muy tímido llamado Marcos, que vivía en una casa en el campo con su madre. Su vecino, Javier, tenía su edad, y Marcos había escuchado que era algo antipático, aunque la realidad era que jamás había cruzado dos palabras con él.
 Un domingo, la madre de Marcos estaba cocinando y le pidió a su hijo que se acercara a casa de su vecino y le pidiera sal y un par de hojas de laurel. 
Marcos no podía creerse lo que le había pedido su madre. Refunfuñando salió de la casa, dirigiéndose a paso de tortuga a casa de Javier. Mientras caminaba empezó a darle vueltas a la cabeza: "bueno, y ahora pedirle algo a éste, con lo antipático que tiene que ser, seguro que me abre y me mira con desprecio, cuando me vea se va a reir de mí. Además, creo que no le caigo bien, porque un día me crucé con él en el colegio y no me saludó. Seguro que me odia. Y si le pido sal, lo más seguro es que además de reirse y no dármela, me insulta y me cierra la puerta en las narices, y yo me moriré de rabia y de vergüenza. Este tío de verdad es insoportable, no me extraña que no tenga amigos... y si me insulta y me cierra la puerta, yo no sé como voy a reaccionar..."

A todo esto, mientras Marcos iba pensando en el guión de la escena, llegó por fin y cargado de ira a la puerta de Javier, y llamó al timbre.
Javier le abrió y se alegró mucho de ver a su vecino, con el que nunca se había cruzado palabra por timidez. Le iba a invitar a pasar a merendar cuando Marcos, antes de que el otro pudiera abrir la boca, gritó: "¿pues sabes lo que te digo? que me da igual que no me dejes sal y laurel, y si me vas a insultar, que sepas que tú eres el imbécil, no le caes bien a nadie en el colegio y antes de que me cierres la puerta, ¡el que se va soy yo! ¡Adiós!

Os podéis imaginar la cara de Javier...

¿Os habéis encontrado alguna vez en una situación análoga? Nuestros pensamientos son a veces más potentes activadores de nuestras emociones negativas (ira, ansiedad, vergüenza) que la realidad misma.

Preocuparse, hacerse daño o pasarlo mal gratis no tiene sentido. Y muchas veces, esa preocupación tan horrible es tan solo producto de tu imaginación. Piensa si cómo te sientes es debido a la realidad, o más bien se debe a aquello que imagina tu mente. Te ahorrarás muchos disgustos, preocupaciones, decepciones, malos ratos, y sobretodo, evitarás todas esas emociones negativas que te invaden cuando piensas en ello.

Al fin y al cabo, y como dice la conocida frase: "Si el problema tiene solución, ¿para qué te preocupas? Y si no la tiene, ¿para qué te preocupas?"




¡Hasta muy pronto!

miércoles, 5 de junio de 2013

¿Puede el cuerpo modular nuestra mente?

¡¡¡¡¡¡Buenos días a todos!!!!!!  

Por fin ha salido el sol y nos hemos levantado todos con otro gesto en la cara, y hablando de gestos... vamos a centrarnos en ellos, pues el post de hoy está bastante relacionado.

El blog está esta última semana un poquito parado pero esta pausa tiene carácter temporal, y se debe a que estoy en periodo de exámenes. A partir del jueves volveré a la carga publicando temas nuevos relacionados con la personalidad.

Sabemos a ciencia cierta -existen evidencias científicas- que nuestra mente tiene la capacidad de influir y de hecho influye, sobre nuestro cuerpo. Nuestros pensamientos modifican nuestros niveles hormonales (actúan a nivel biológico), configuran nuestro estado emocional y regulan nuestra conducta, entre otros efectos objetivos y observables.

Sin embargo... ¿Es esto posible a la inversa? ¿Podemos a través de nuestro cuerpo modular/modificar/regular nuestra mente? ¿Somos capaces de cambiar la mente a través del lenguaje no verbal (posturas, gestos)?
Los resultados del experimento llevado a cabo por el grupo de psicólogos al que pertenece Amy Cuddy, la mujer que lo presenta públicamente, se muestran a continuación.

¡Que lo disfrutéis!









p.d: Dos detalles del vídeo: La teatralidad y relato conmovedor típicos de los americanos no podían faltar en el speech... y el segundo detalle... de todos aquellos que hayan visto el vídeo sin leer este pequeño apunte, me atrevo a asegurar que más del 80% realizarán la "pose de poder" delante del espejo poco después (si no durante) de ver el vídeo... ¡así somos! (yo también, sí... jajaja ;) )


¡Hasta muy pronto!