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lunes, 27 de enero de 2014

¿Jugamos a trabajar?



De mayor quiero ser...


...¡¡médico, astronauta, peluquera, veterinario, cuentista!!




Ahora tienes veinti- o treintaytantos años y te encuentras sentado ocho horas en una oficina, de becario en una empresa que no te convence y/o con un compañero/jefe que te cae mal.



Consideras que el tiempo que pasas en el trabajo es tiempo tirado a la basura y que podrías estar invirtiendo en tus hobbies, en tu familia, en tus amigos o en tu pareja.

Si te digo además que pasarás tres cuartos de tu vida trabajando, ya te empiezan a entrar sudores fríos.

Pero claro, en este sistema capitalista para (sobre)vivir uno necesita ganar dinero y para ganar ese dinero, uno necesita trabajar. Continuando esta rueda de hamster, uno debe trabajar para vivir. Efectivamente, en esta dirección gira la rueda y no al revés. 

Desgloso este punto: NO SE DEBE VIVIR PARA TRABAJAR.

Si con algo de lo anterior te has sido mínimamente identificado, sigue leyendo.

jueves, 26 de septiembre de 2013

GO with the FLOW

Qué frívolo y banal suena el título de mi nuevo artículo. Si fuera yo la que leyera un título así en la red, es más que probable que no me atrayera nada entrar a leerlo. No lo haría. Lo sé. Pero yo confío en que confiáis (valga la redundancia) en la calidad de mis contenidos, así como confío en que hayáis oido la palabra "flow" en alguna otra ocasión algo más seria, pues metida en esa frase podemos caer fácilmente en el error de relacionarla con ridículas, comerciales, sobrevaloradas y explotadas frases de moda (moda pasada para mi gusto) como Y.O.L.O. o carpe diem. 

Qué vergüenza ajena me dan esas frases, dicho sea de paso.

Pues bueno, no es una palabra cool ni una moda. Es un concepto científico de la psicología positiva. Os lo juro. Y para que terminéis de creerme os voy a contar un poquito más acerca de este concepto de forma breve e introductoria, así podré relajarme con la palabra y utilizarla abiertamente en próximos artículos sin parecer imbécil.

Espera, me gustaría ponerle una banda sonora a tu lectura. No por nada especial, pero ha sido empezar a escribir sobre el tema y mi mente ha empezado a tararear esta canción, debe ser que pega de fondo. Mi subconsciente es bastante gracioso a veces y le pone banda sonora a las cosas.
Si te apetece seguirme, puedes escucharla tú también mientras sigues leyendo, yo me la voy a poner mientras sigo escribiendo.


(Si estás en Alemania, te toca buscarla en DailyMotion, así que entiendo que pases. ¡Lo siento! Nuestro querido país censura todos los vídeos por violación de derechos, ya sabes)

El concepto "flow" puede ser traducido como "flujo" y fue nombrado por primera vez en 1975 por un psicólogo conocidísimo en el área de la psicología positiva y que tiene el sencillo nombre de Mihaly Csikszentmihalyi. No, no se me ha caído la cabeza en el teclado mientras escribía ni ha venido mi hermana pequeña que no tengo a teclar al túntún para molestar, este es un apellido real, existe, y como sé que ni os habéis detenido a leerlo y pronunciarlo por pereza, a partir de ahora en mi blog será nombrado solamente Mihaly por razones obvias, pues no me puedo dedicar lo que me queda de vida a copiar de Google el nombre de este señor cada vez que escriba. No es mi culpa que sus padres se atragantaran el día que fueron a declarar su nombre en el Registro Civil.





domingo, 1 de septiembre de 2013

El cuento de las ranitas y la nata.

Hace nueve años, cuando no tenía ni la más remota idea de qué quería hacer con mi vida y psicología era solo uno de entre los muchos títulos sin contenido que incluí en mi lista de posibles carreras universitarias, leía entre otras cosas los libros de un psicólogo argentino que me gustaba mucho (raro, lo de que sea argentino y psicólogo digo) que se llamaba Jorge Bucay. Escribe tan sencillo y sus textos/cuentos son tan creativos, que activa tus procesos psicológicos más básicos sin que ni siquiera te hayas dado cuenta.

La motivación es uno de los procesos que Jorge (yo ya como si fuera mi amigo de toda la vida) fomenta en el lector. Un cuento que recuerdo me marcó fue el siguiente. Si me permitís, en este artículo voy a ser bastante más coloquial de lo habitual. La verdad, en plenos examenes, el rato que tengo para escribir en el blog me apetece darle otro tono a lo que escribo, no empeorando por ello la calidad del contenido.

El cuento no lo voy a buscar para copiarlo, lo contaré tal y como yo lo recuerdo:

Las ranitas y la nata


Érase una vez un par de ranitas que daban saltitos por el... campito (vaya manera de empezar, parezco Ned Flanders), cuando de repente encontraron un cubo de madera. Curiosas, las ranitas quisieron saber qué había en aquel atractivo cubo y saltaron al borde para asomarse, con tan mala suerte que ambas cayeron dentro. El cubo estaba lleno de nata. Inmediatamente se dieron cuenta de que se hundían; era imposible nadar o flotar en aquella masa espesa como arenas movedizas. Al principio, las dos ranas patalearon en la nata para llegar al borde del recipiente, pero era inútil. Solo conseguían chapotear en el mismo lugar y hundirse. Sentían que cada vez era más difícil llegar a la superficie y respirar.

lunes, 13 de mayo de 2013

Así es ella... así es él...

Las semanas anteriores hemos hablado superficialmente del "mindfulness", del concepto, de lo que engloba, de sus beneficios... Para lograr el autoconocimiento es necesario partir de la base de lo que somos en el presente. ¿Quién eres? ¿Cómo eres realmente? ¿Difiere mucho la visión que tienes de tí mismo de la que tienen los demás?


Comúnmente oímos hablar del carácter de una persona, de su personalidad... ¿pero qué es la personalidad exactamente? ¿depende de nuestra genética o de la experiencia que recogemos a lo largo de nuestra vida? ¿es algo estable en el tiempo? Aquí vamos a aclarar algunas ideas y a hacer una pequeña introducción al tema para que entendamos mejor este concepto y podamos profundizar sobre el tema en artículos posteriores.

Intentando definir la palabra "personalidad", podemos ajustar la definición a partir de las 8 acepciones según la RAE (que no son pocas):



  1. Diferencia individual que constituye a cada persona y la distingue de otra.
  2. Conjunto de características o cualidades originales que destacan en algunas personas.
  3. Persona de relieve, que destaca en una actividad o en un ambiente social. 
  4. Dicho o escrito que se contrae a determinadas personas, en ofensa o perjuicio de las mismas.
  5. Aptitud legal para intervenir en un negocio o para comparecer en un juicio.
  6. Representación legal
  7. Conjunto de cualidades que constituyen a la persona o sujeto inteligente.
  8. Inclinación o aversión que se tiene a una persona, con preferencia o exclusión de las demás.
Las acepciones que más se aproximan al uso del término en psicología serían la 1 y la 7. Todos sabemos lo que es la personalidad, pero pocos podemos expresarlo de manera exacta con palabras.

Definiendo el concepto

Para comenzar, debemos dejar claro que la personalidad es un constructo hipotético, inferido de la observación de la conducta, es decir, no es una entidad en sí misma. También es importante aclarar que no lleva connotaciones de valor como usualmente consideramos cuando utilizamos este término en la vida cotidiana. Un ejemplo de este caso sería el continuo extroversión - introversión. Son dos rasgos de personalidad opuestos pero ninguno de ellos tiene un valor diferente del otro. Una persona no es mejor o peor porque sea extrovertida o introvertida. 
Otro punto importante es la estabilidad. Existen rasgos concretos de la personalidad que se mantienen relativamente constantes en el tiempo permitiéndonos predecir la conducta del sujeto. Otros elementos sin embargo sí pueden cambiar considerablemente a lo largo del tiempo, es decir, evolucionan. La personalidad incluye otros elementos (motivación, cognición y emociones) que influyen directamente en la conducta y pueden explicar que en determinadas situaciones ésta no sea totalmente predecible. El hecho de que haya ciertos aspectos de la personalidad que sean relativamente estables no solo es inevitable sino que también es socialmente deseable. Todos queremos poder tener la capacidad de conocer y predecir los pensamientos y conductas de las personas de nuestro entorno a lo largo del tiempo así como todos buscamos tener un cierto nivel de coherencia con nosotros mismos.
La conducta manifiesta sería el resultado de la suma de estos elementos más estables (biológicos o psicológicos) y de los elementos más inconsistentes (suelen originarse a partir de la experiencia personal, en el entorno). Hay rasgos innatos y rasgos adquiridos.
Algo también a tener en cuenta es que la personalidad es algo distintivo y propio del individuo. Hay personalidades parecidas pero todos somos diferentes. Cuando intentamos adaptar nuestra conducta al entorno, nuestra percepción de éste y nuestras respuestas están moduladas por la estructura de nuestra personalidad.

Como he mencionado, existen rasgos innatos y rasgos adquiridos. A lo largo del desarrollo, las tendencias innatas entran en interacción con el medio externo, dando lugar a adaptaciones características, como los hábitos de vida, las creencias, los intereses, los proyectos personales o las actitudes, así como las relaciones y los roles sociales. Esto sugiere que la personalidad es un sistema, una estructura, una organización compleja DINÁMICA. Esta organización se compone de cogniciones, emociones y conductas, que deberán ser analizadas para poder comprender y conocer el sistema global.

El pasado condiciona al presente... y el futuro, también

De este enunciado podemos extraer la necesidad de incluir una dimensión temporal en el estudio de la personalidad. A lo largo de nuestra vida encontramos situaciones, etapas o eventos que pueden afectarla notoriamente. En estos casos se hace necesario el cambio para la constante adaptación personal al entorno y para un correcto funcionamiento psicológico. No es sin embargo siempre éste el caso. En determinadas ocasiones el cambio puede tener efectos negativos para las relaciones interpersonales, la salud física o psicológica y para el funcionamiento de la sociedad, en cuyo caso lo deseable es que la personalidad cambie.

Concluyendo este complicado artículo que publico hoy lunes (aprovechando que estáis mentalmente más frescos... algunos), la personalidad hace referencia a la manera de pensar, sentir y percibir de un individuo y que constituye su auténtica identidad. Está integrada por elementos (rasgos) de carácter más estable y por elementos variables (cogniciones, motivaciones y estados afectivos) más vinculados con la situación y las influencias socioculturales y por tanto, más cambiables y adaptables a las peculiares características del entorno que interrelacionan e interactúan constantemente con la conducta, tanto manifiesta como privada del individuo.

Éste sí ha sido un artículo un poco más técnico y serio, lo sé... pero es necesaria una pequeña previa introducción para poder seguir publicando artículos sobre este tema, pues aquellos que nunca habíais oído hablar de este concepto desde un punto de vista científico, tendríais un concepto erróneo de lo que es la personalidad, pero aquellos que no os cansáis nunca de aprender, siempre encontraréis la manera de comprender este texto... y bueno otra razón es que, ¡estoy de exámenes, así que estoy más psicóloga que nunca!



¡Hasta muy pronto!



"Nada refleja tanto el carácter de un hombre como su comportamiento con los tontos" (Friedrich Nietzsche)